Érase una vez un hombre llamado Jaume el Barbut. Jaime tenia una barba que era muy grande, de color negra, y pinchaba mucho, como las agujas de una costurera.
Su gran amigo, era un sabio llamado el Sabio del Barranc Salat.
Un día de invierno, el Sabio estaba mirando su libro de consejos y vió un trocito que ponía: “Si conoces a alguien que le llamen Jaime que tenga una barba muy negra y puntiaguda como las agujas de una costurera, dile que tenga mucho cuidado con su barba, porque si se la corta, el morirá, y en el lugar donde estuviera, un gran agujero se descubrirá”.
En el momento en el que lo leyó, fue corriendo a decírselo.
Después Jaime quería saber si era verdad, se cortó un trozo de barba en el Barranc Salat. Jaime murió y la Cueva se descubrió. El Sabio del Barranc Salat le puso el nombre a la cueva: “La Cova de Jaime el Barbut”.
Y desde ese día, en el Barranc Salat, en una cuesta, está la “Cova de Jaime el Barbut”.
Si os apetece ir un día, os lo pasareis muy bien.
Autor: David (alumno de primaria del C. P. Vicente Lino Ferrándiz).