Se localizaba, como hoy, en la entrada principal a la población de Orxeta, justo en el extremo donde comenzaba la calle Mayor. Se trata de una modalidad de hito o mojón, que sigue la antigua tradición de levantar este tipo de monumentos en el ingreso de villas y ciudades, como muestra de piedad popular, y de los que se conocen numerosos paralelos en el entorno próximo.
Básicamente, consisten en unas gradas de planta circular sobre las que se eleva un fuste sin remate de nudo, macolla o capitel, que sustenta una cruz. A principios de siglo, la cruz de término de Orxeta presentaba un aspecto un tanto diferente, puesto que todavía no estaba culminada por la cruz de hierro forjado que luce en la actualidad.
Además, por las actas municipales sabemos que los bancos de la plataforma fueron objeto de numerosas y continuas recomposiciones, motivadas por los frecuentes actos vandálicos. Así, por ejemplo, el día 19 de septiembre de 1897, se dio cuenta en el Ayuntamiento de que “[…] los bancos que sirven de sostén a la Cruz que se haya situada a la salida de la población camino de Villajoyosa se hallan casi por completo destruidos y procede una modificación para evitar en lo posible que la mano criminal venga destruyendo aquel sitio de respeto y veneración en los pueblos cultos […]”.